LA TIZA Y EL PIZARRÓN
Esta historia que les cuento
ocurrió hace muchos años.
Todo comenzó una tarde,
una tarde de verano.
Mientras la escuela dormía
su siesta de vacaciones
algo extraño sucedía
en uno de sus salones.
Una tiza larga y fina
vestida toda de blanco
llegó rodando, rodando
al aula de quinto grado.
Allí estaba en la pared,
colgado con cuatro clavos
un pizarrón serio y negro
y los dos se enamoraron.
La tiza, loca de amor,
dibujaba garabatos
y le escribía oraciones
con sujeto y predicado.
Él, en su oscuro silencio,
suspiraba resignado
por no poder contestarle
sus mensajes deletreados.
La tiza, a pesar de todo,
no se daba por vencida
y seguía enviando cartas
en imprenta y en cursiva.
Con letra grande y redonda
le silabeaba "Te quiero"
y le hacía cosquillitas
por todo su traje negro.
Él ¡ay! crujía intentando
que ella pudiera escuchar
que la amaba locamente
aunque no pudiera hablar.
Como el borrador celoso
de noche desdibujaba
las palabras de la tiza
para que ella lo olvidara,
la tiza cada mañana
encontraba borroneadas
todas sus cartas de amor
y pensó que él no la amaba.
Entonces de la tristeza
de a poco se fue achicando
y su amor de polvo y letras
quedó en el aire flotando.
El pizarrón en silencio
lloraba desconsolado
y su alma de madera
se quebró en varios pedazos.
Cuando empezaron las clases
nadie hallaba la razón
de que en el aula de quinto
se haya roto el pizarrón.
Y los chicos encontraron
entre todos los pedazos
un corazón negro, negro
cubierto de polvo blanco.
"La tiza y el pizarrón" de Liliana Cinetto.En 20 poesías de amor y un cuento desesperado.© Editorial Atlántida.