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28 mayo 2013

Merecida despedida

Lamentablemente Elsa Isabel Bornemann, una de las escritoras más importantes de la Literatura infantil y Juvenil de Latinoamérica, falleció el viernes 24 de mayo de 2013.

Nació en Buenos Aires. Fue Profesora en Letras, egresada de la Universidad de Buenos Aires. Ejerció la docencia en todos los niveles, dictó numerosos cursos y conferencias, integró variedad de mesas redondas y jurados. Comenzó a publicar libros para niños y adolescentes en los años 70. Fue una de las más destacadas escritoras argentinas y recibió por su labor un amplio reconocimiento nacional e internacional. Recibió numerosos premios. Algunos de sus libros: Un elefante ocupa mucho espacio, La edad del pavo, No hagan olas, No somos irrompibles, Cuadernos de un delfín, Lisa de los paraguas…


Pueden leer esta poesía que escribió Elsa y recordarla con una sonrisa.

Poema al tomate


¡Ay! ¡Qué disparate!
¡Se mató un tomate!
¿Quieren que les cuente?
Se arrojó en la fuente
sobre la ensalada
recién preparada.
Su vestido rojo,
todo descosido,
cayó haciendo arrugas
al mar de lechugas.
Su amigo Zapallo
corrió como un rayo
pidiendo de urgencia
por una asistencia
Vino el doctor Ajo
y remedios trajo.
Llamó a la carrera
a Sal, la enfermera.

Después de sacarlo
quisieron salvarlo,
pero no hubo caso:
¡estaba en pedazos!
Preparó el entierro
la agencia “Los Puerros”.
Y fue mucha gente...
¿Quieren que les cuente?
Llegó muy doliente
Papa, el presidente
del Club de Verduras,
para dar lectura
de un “Verso al tomate”
(otro disparate)
mientras, de perfil
el gran Perejil
hablaba bajito
con un rabanito.
También el Laurel
(de luna de miel
con Doña Nabiza)
regresó de prisa
en su nuevo yate
por ver al tomate.
Acaba la historia:
ocho zanahorias
y un alcaucil viejo
formaron cortejo
con diez berenjenas
de verdes melenas
sobre una carroza
bordada de rosas.
Choclos musiqueros
con negros sombreros
tocaron violines,
quenas y flautines,
y dos ajíes sordos
y espárragos gordos
con negras camisas
cantaron la misa.
El diario “ESPINACA”
la noticia saca.
HOY, ¡QUÉ DISPARATE!
¡SE MATÓ UN TOMATE!
Al leer, la cebolla
lloraba en su olla.
Una remolacha
se puso borracha.
—¡Me importa un comino!
dijo Don Pepino...
y no habló la acelga
(estaba de huelga).

Autora: Elsa Isabel Bornemann

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